La Unidad Fiscal de Delitos Culposos del Departamento Judicial de Mar del Plata, cuyo titular es Pablo Cistoldi, continúa investigando la muerte de Claribel Medina, la joven de 22 años que perdió la vida tras haber dado a luz en el Hospital Municipal Felipe A. Fossati.

La causa fue caratulada como homicidio culposo por mala praxis médica, tal y como fue denunciado por su familia en las horas posteriores a su fallecimiento. Por el hecho fueron imputadas dos profesionales que atendieron a la víctima durante el parto, que fue días antes de su deceso.

De las diligencias llevadas a cabo por la Sub DDI se pudo determinar que el 22 de noviembre Claribel ingresó al nosocomio con contracciones y debido a la posición en la que se encontraba la beba, la médica habría decidido realizar una cesárea, lo que contradice las versiones que dieron otros profesionales que aseguraron que la beba se hallaba en posición de parto natural.

Esa misma jornada, las dos profesionales imputadas realizaron tres cesáreas «a una velocidad llamativa»: entre las 13:30 y las 15:30 llevaron a cabo tres intervenciones y exactamente a las 15:34 egresaron del centro asistencial, según consta en las cámaras de seguridad. En cada una de estas intervenciones, las médicas exigieron celeridad a sus compañeros, lo que derivó en «la omisión de las debidas medidas preparatorias y preventivas previstas en los protocolos quirúrgicos».

De hecho, fue la profesional de mayor antigüedad la que -molesta por la demora, según consta en la causa- colocó a una paciente en una silla de ruedas que no había sido sometida al correspondiente proceso de esterilidad y la llevó al quirófano, en el que se estaba desarrollando otro parto.

Horas más tarde Claribel recibió el alta médica, pero a los pocos días ingresó nuevamente al Hospital debido a un fuerte dolor abdominal. Se le realizó una tomografía computarizada y se constató la presencia de líquido libre periesplénico y aumento de la densidad de la grasa a nivel de la pelvis. Posteriormente, se le practicó un lavado de la cavidad abdominal y la remoción de gran cantidad de material purulento.

En su informe, los investigadores plantearon que «quedó acreditado que con el afán de eludir responsabilidades ante la falta de aplicación de la profilaxis antibiótica que luego desencadenó en la muerte de la paciente, es que la médica adulteró la historia clínica incorporando, con posterioridad a que se verificara la infección de sitio quirúrgico y por ende a su deceso, indicaciones que no se habían realizado en su oportunidad para transferir responsabilidades a otros profesionales».

Paralelamente, se conocieron detalles preliminares de la autopsia realizada al cuerpo de la joven. Dicho estudio indicó que la causa de la muerte fue la antes mencionada infección de sitio quirúrgico, la cual evolucionó y desencadenó en un paro cardiorrespiratorio.