Una mujer que sufría violencia de género murió incendiada: el juez cree que se prendió fuego ella y liberó a su marido

04/12/2018
La víctima tenía 35 años y el agresor, 25.

Yanina Miranda y Juan Carlos Monjes.

El domingo 25 de noviembre a las 12 de la noche, Yanina Miranda, de 35 años de edad, y su pareja, Juan Carlos Monjes, de 29, empezaron a discutir en la casa que alquilaban en la calle Ameghino al 100 en Escobar. Se encerraron en una habitación. Las dos hijas menores de edad que vivían con ellos escucharon el comienzo de la pelea. Algunos minutos después, algo pasó en esa habitación que la Justicia todavía no puede reconstruir, algo que hizo que la mujer saliera corriendo con su cuerpo envuelto en llamas provocándole quemaduras de tercer grado en el 45% de su cuerpo y, una semana más tarde, la muerte.

Apenas llegó la policía bonaerense aquella madrugada, Yanina fue trasladada de inmediato al Hospital Municipal y, casi al mismo tiempo, Cristian Fabio, el fiscal de la UFI Nº 3 de la jurisdicción especializada en violencia de género, ordenó la aprehensión de Monjes. Los efectivos que registraron la casa encontraron alcohol y un encendedor en la habitación: Fabio entendió que el hombre había rociado a su mujer y luego la había incendiado.

Para el fiscal, al día de hoy, no hay dudas de que el culpable del homicidio es Monjes. Sin embargo, cuando solicitó que la aprehensión se convirtiera en detención formal, el juez Luciano Javier Marino se la rechazó y ordenó la inmediata libertad del único imputado.

El único argumento que expresa el magistrado tiene que ver con dos declaraciones testimoniales: el de la vecina que llegó primero al lugar y la médica que atendió a la víctima apenas ingresó al hospital: «La vecina  declaró que la Sra. Miranda le dijo ‘yo le avisé que lo iba a hacer’ y ‘no me imaginé que iba a hacer tanto’ como dando a entender que como ella se iba a hacer tanto daño. Además, la médica que la asistiera en el Hospital de Escobar certificó que las lesiones fueron ‘autoinflingidas, con fuego directo, utilizando alcohol como acelerante’ según lo refiriera la propia paciente; señalando ello también el médico que la asistiera», indicó el documento.

Es decir, la única explicación que da el juez para dejar libre a Monjes son las declaraciones de dos testigos que dicen que la víctima dijo que se prendió fuego a ella misma mientras aún no se habían apagado las llamas sobre su cuerpo.

Algunas líneas más abajo, aclaró: «Este magistrado no desconoce que existen supuestos en los cuales la víctima que sufre violencia de género puede adoptar conductas tendientes a no querer denunciar al agresor, sin embargo, entiendo que no hay evidencias concretas que permitan afirmar ello en este caso».

Mientras todo esto sucedía en los tribunales, en el cementerio de Moreno la familia de Yanina despedía por última vez sus restos. «Estamos destruidos. Ella sufría violencia de género. Le pegaba pero ella siempre lo perdonaba. Nunca llegaba a hacer la denuncia. No podemos entender cómo está libre. Le prendió fuego y está libre», expresó Juana, una de las hermanas.

En la mañana del lunes, cerca de las 9, agrupaciones que luchan contra la violencia de género y amigos de la joven de 35 años marcharon al juzgado del doctor Marino con el objetivo de reclamar la detención de Monjes. «Necesitamos justicia, necesitamos ayuda de todos. El juez dice que no hay pruebas pero él es un asesino», declaró una de las amigas más cercanas.

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