Susana Giappone, una vecina que reside en la zona de calle Maipú entre 105 y 105 bis, relató la situación que vive a partir de un conflicto que tuvo con su hija.

«Hace unos meses le permití que se mudara con sus tres hijos y mi yerno a mi casa. Al poco tiempo comenzaron los problemas: empezó a organizar fiestas en las que la gente que venía bebía alcohol y consumía drogas», explicó.

A partir de esta situación, Susana le solicitó a su hija que abandonara su hogar junto a su familia. «Ella dice que nunca le di nada, pero yo le di mi vida entera. Mis nietos se alimentaban gracias a la comida que yo compraba. Y antes de irse, provocaron daños en toda la casa».

Y agregó: «Extraño a los nenes y estoy preocupado por ellos porque son mi sangre. Ojalá que estén bien. Hace mucho no los veo porque ella los puso en mi contra. En el último tiempo me insultaban, algo que nunca hacían».