Personal policial intervino este jueves por la noche en un conflicto de índole familiar a partir de un aviso emitido desde el Centro Operativo de Monitoreo.
Los uniformados se presentaron en un domicilio de calle 34 entre 7 y 9, donde una mujer de 51 años había sufrido el robo de dinero en efectivo y joyas.
Lo curioso es que la responsable del ilícito era ni más ni menos que la sobrina de la víctima, una joven de 20 años, quien tenía el botín escondido entre sus prendas.
Por decisión de la propia damnificada no fue radicada ninguna denuncia.
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