“Es tan injusto que vos estés pasando por todo el esto y el que te ocasionó semejante daño esté disfrutando de su vida lo más normal, mientras que a nosotros nos la arrebató”, añadió.
Luego le dedicó unas sentidas palabras a Thiago Joel: “Hijo quiero que sepas que Te cuidaré hasta que mis fuerzas no den más. Te voy a proteger cómo una vela en medio del bosque, que, a pesar de los vientos y las lluvias, no permitiré apagar. Cuidaré tus sueños, hasta que estos se unan con los míos, te amaré hasta el fin del mundo y después de él, mi amor de mamá”.
Se le diagnosticaron fracturas de cráneo y múltiples secuelas que todavía hoy arrastra, cuando tiene 14 años y los problemas de salud no cesan. “Es una lucha diaria la que nos toca, pero siempre aferrándonos a la fe”, afirma su familia desde la cuenta en redes sociales que lleva el nombre Todos con Thiago Joel Franco.
El entonces niño afrontó múltiples tratamientos e internaciones, aquí y en Buenos Aires, debido a las dificultades de salud que le generaron los golpes sufridos en aquel choque y posterior vuelco. Esas intervenciones médicas, algunas muy importantes, todavía continúan.
Ramos, que según se confirmaría había consumido alcohol poco antes de provocar este siniestro, en juicio oral y público fue condenado en 2017 a la pena de dos años y medio de prisión en suspenso –no cumplió detención- y de cuatro años de inhabilitación para estar al volante de un automotor. El juez en lo Correccional Pedro Hooft lo encontró culpable del delito de lesiones culposas.
La justicia impuso además un monto millonario a Ramos en concepto de indemnización dada la gravedad del daño provocado en el presente y futuro de Thiago Joel, que sigue entre medicaciones, atención clínica permanente y varias situaciones de emergencia, según relatan sus padres.