Gastón Canteros continuará detenido además por tenencia ilegal de armas de fuego y documentos de otras personas.

El juez federal de Morón, Néstor Barral, procesó con prisión preventiva a Gastón Canteros y sus cómplices por la venta al menudeo de cocaína y marihuana desde su quinta en la localidad de Moreno y hacia otros puntos de la zona oeste del conurbano bonaerense.
Canteros se creía Pablo Escobar: tenía una pistola -aunque de aire comprimido- dorada, similar a la que el líder del cartel de Medellín llevaba siempre en la cintura, tenía ploteada su camioneta con la leyenda de «El Patrón» y hasta había diseñado su quinta al estilo de la «Hacienda Nápoles», pero cuando los policías bonaerenses lo fueron a detener el 8 de agosto, el argentino no se resistió a los tiros ni escapó por los techos, como sí lo hacía el colombiano, sino que buscó una cámara de televisión para jurar que
En la indagatoria, sin embargo, dio otra versión: declaró que se ganaba la vida vendiendo electrodomésticos por Internet, aunque los elementos secuestrados en su quinta, su call center y la casa de sus papás dejaban al descubierto su vida de lujos: una pileta, una fuente de agua, estatuas de leones, cámaras de seguridad en el parque, una caja fuerte con un reloj con la cara de su ídolo y hasta una cadenita bañada en oro con un colgante con la forma de una AK-47 Avtomat Kalashnikova.
El magistrado además procesó a Canteros por tenencia ilegal de armas de fuego y también de 93 DNI de otras personas. Los investigadores sospechan que el narco también cobraba planes sociales con esos documentos.