El Obispo encabezó la misa que se realizó en Villa Gesell y pidió por el «eterno descanso» de Fernando.
A un mes del crimen de Fernando Báez Sosa, sus papás encabezaron frente al Congreso de la Nación una marcha para reclamar justicia. Y en Villa Gesell, lugar del asesinato a manos de diez jóvenes, se celebró una Misa en su memoria.
El obispo de la Diócesis de Mar del Plata, Gabriel Mestre, presidió la celebración por Fernando en la puerta del boliche Le Brique, para pedir por «su eterno descanso», de la que participaron miles de vecinos y turistas de la ciudad.
La Misa se llevó a cabo en Avenida 3, entre Buenos Aires y Paseo 102, en la puerta de Le Brique, el local bailable de donde Fernando tuvo el encontronazo fatal con sus asesinos el 18 de enero.
«En primer lugar, vamos a pedir por el eterno descanso de Fernando, que es un acto de fe tradicional profunda, y pedir por el don del consuelo de su mamá y su papá, su novia, sus amigos y el resto de sus familiares, que también es una obra de misericordia común de la Iglesia», señaló el obispo Mestre.
Al finalizar la celebración, el Obispo pidió: «Terminemos con la violencia; digámosle ‘sí’ a esto de ser artesanos de la paz, que tanto nos pide el papa Francisco».