«Los compañeros de celda dijeron que dormían todas las noches con Sasso y que no lo vieron salir nunca»

21/03/2019
Facundo Capparelli, abogado defensor, lanzó fuertes críticas en torno a las denuncias por las condiciones de detención del joven en Balcarce. “Metieron un celular ilegalmente adentro de la comisaría y se lo dieron a un compañero de celda para que se comunique por Whatsapp y para que le diga a la gente que le dio ese teléfono, si Sasso salía o no de la comisaría», expresó.

Facundo Capparelli, abogado defensor de Federico Sasso, se mostró enfático y, por momentos, hasta molesto en el cierre de su alegato y en lo que también fue el cierre del juicio que se le sigue al joven por haber atropellado y matado a la adolescente Lucía Bernaola, de 14 años, mientras caminaba por la costa en junio de 2017. 

Se lo vio de esa manera al defender al imputado de las distintas acusaciones que se sucedieron en el tiempo respecto a las condiciones en la que cumplía su prisión, primero en la comisaría de Balcarce y luego en un departamento. Así, pidió “dejar en claro el apego a derecho de Sasso” y dijo que si no se recupera “la institucionalidad va a ganar la violencia informal e irracional” y de esa manera Sasso “va a terminar siendo juzgado y crucificado en un estacionamiento”.

Tras casi cuatro horas de alegato, Capparelli centró sus últimos minutos de exposición en pedir que el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 rechace los pedidos de revocatoria del arresto domiciliario que hicieron tanto la fiscalía como los abogados que representan a la familia de Lucía Bernaola.

Y en ese marco, se explayó sobre las diversas particularidades que tuvo el caso desde su inicio, fundamentalmente las graves denuncias de la familia de la víctima respecto a los privilegios y beneficios con los que contaba Sasso mientras estaba detenido en la comisaría de Balcarce y luego cuando se le otorgó el arresto domiciliario.

“Esta es la última oportunidad que tengo como defensor en el marco de una oralidad y delante de mi defendido de poder profundizar muchas más cuestiones”, introdujo Capparelli y remarcó, a modo de respuesta a las acusaciones que se sucedieron a lo largo del caso: “Yo me preocupé porque mi defendido esté siempre a derecho, y si así no hubiese sido yo hubiera renunciado en el acto, mi integridad profesional también estuvo en juego por eso, y no lo puedo permitir”.

De esta manera, dijo que era necesario hacer todas estas consideraciones, ante la presencia de los medios en la sala de audiencia, porque “se ha instalado una versión mendaz acerca del apego a derecho de mi defendido, e incluso sobre la integridad de esta defensa”. Así, comenzó con las críticas dirigidas hacia el fiscal Rodolfo Moure, aunque luego reparó en que no era una crítica “personal” sino “funcional”.

“El señor representate del Ministerio Público Fiscal dijo ‘si tenía una pulsera y después le pusieron un GPS por algo será”. ¿Sabe por qué es? Porque la pulsera electrónica -que es responsabilidad del Estado que funcione correctamente- tenía fallas sistémicas menores y alrededor de ello se quiso instalar la falsa idea de que mi defendido vulneraba el arresto domiciliario, fallas que eran de tres minutos y cuando fueron de quince minutos fueron patrulleros a su domicilio y se constató que estaba adentro. Y en ese marco un funcionario público dijo en medios de prensa que Sasso había traicionado la confianza que la sociedad había depositado en él porque había quebrantado el arresto domiciliario”, disparó.

Y sumó: “No se da cuenta que después cuando la Cámara de Garantías y el Tribunal tienen que resolver y resuelven conforme a derecho y conforme a la prueba, en virtud de declaraciones irresponsables como esa se genera toda una presión mediática y social falsa”.

Por otro lado, Capparelli dijo haber pedido que se incorpore como prueba en el juicio una investigación penal preparatoria -que terminó archivada- sobre las denuncias por presuntos “privilegios” con los que contaba Sasso en la comisaría de Balcarce. “Necesitaba demostrar cuál fue el comportamiento de apego al derecho casi al extremo de la prueba diabólica que tuvimos que hacer con mi defendido”, sostuvo.

En este marco, siguió con las críticas por las denuncias. “Le metieron un celular ilegalmente adentro de la comisaría y se lo dieron a un compañero de celda para que se comunique por Whatsapp y para que le diga a la gente que le dio ese teléfono, si Sasso salía o no de la comisaría. Los fiscales que intervinieron en esa causa no hicieron nada y yo lo denuncié”.

Asimismo, sumó sobre esa causa judicial: “Los compañeros de celda dijeron que dormían todas las noches con Sasso y que no lo vieron salir nunca. Se hicieron tareas de inteligencia por parte de la Policía y por la Fiscalía General en los alrededores de la comisaría para ver si Sasso salía con resultado negativo. Se hicieron dos inspecciones a la comisaría de Balcarce. Él estaba somnoliento por la droga y los psicotrópicos que le daban las psiquiatras y los psicólogos, y dormido en su calabozo”.

Acto seguido, pidió que los jueces observen en el marco de esa causa las condiciones en la que estuvo Sasso en la comisaría de Balcarce. “No estaba en un Penal, es verdad; pero vean las condiciones en las que estaba Sasso en esa comisaría“, insistió y además destacó que en dos ocasiones intervino ante estas denuncias la Cámara de Apelación y Garantías. “La Cámara fue tajante y dijo que Sasso siempre estuvo donde tenía que estar: en el calabozo o en su casa”, apuntó.

En el mismo sentido enumeró que “el miedo y la desconfianza de Sasso y de su familia llegaron al extremo que se instaló un sistema de cámaras de seguridad HD las 24 horas que lo graba y se almacena la información durante 90 días“. Y sostuvo que cuando la pulsera salía de rango presentaban esas imágenes ante el Tribunal.

“Todo esto que digo lo voy a decir solamente acá, no voy a salir yo a los medios de prensa respecto de la crítica funcional, porque no se trata de crucificar a nadie, se trata de decir las cosas como son y de dejar en claro el apego a derecho de mi defendido y mi integridad profesional y el apego a derecho de la familia de mi defendido”, concluyó.

Y a modo de cierre, manifestó: “Si no recuperamos la institucionalidad nos va a ganar la violencia informal e irracional. Y yo no voy a poder entrar o salir de tribunales o el imputado va a terminar siendo juzgado y crucificado en un estacionamiento. Entonces hay que tener mucho cuidado porque después cuando a los jueces les toca resolver de acuerdo a la prueba y la ley son masacrados, como yo, que también tengo hijos”.

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