Fue durante un encuentro en Avellaneda al que acudieron la mayoría de los candidatos a intendente de la provincia de Buenos Aires. «Lo que pasó fue un amistoso. El partido por los puntos hay que jugarlo en octubre», advirtió el candidato peronista.
Axel Kicillof llegó al Polideportivo Delfo Cabrera, de Avellaneda, a las 16:05. El clio de tres puertas con el que recorrió la provincia, conducido por su amigo Carlos Bianco, ingresó en silencio y sin demasiado preámbulo. Perfil bajo. Una muestra del estilo que el candidato a gobernador del Frente de Todos le quiere imprimir a su campaña.
Hasta ese amplio salón donde Jorge Ferraresi, intendente local, fue el anfitrión, también llegaron la mayoría de los candidatos a intendentes de la provincia de Buenos Aires y un puñado de legisladores nacionales que suele acompañar las actividades del peronismo en el territorio bonaerense. Estuvieron los principales jefes comunales del conurbano y la mayoría de los que gobiernan en los municipios del interior.
«Lo que pasó fue un amistoso. El partido por los puntos hay que jugarlo en octubre. No hay que aflojar», dijo el economista frente a un auditorio en el que se palpaba la tranquilidad de una elección que parece estar resuelta. Kicillof no quiere subestimar el segundo tramo de la campaña y les pidió a los intendentes que tampoco lo hagan. Las elecciones terminan en la noche del 27 de octubre.