A primera hora de este jueves en la “Sala de los Intendentes” se procedió a realizar la entrega de la bandera de flameo de Balcarce a los servicios de enseñanza del distrito de gestión privada.

Estuvo encabezado por el secretario de Gobierno, Ricardo Stoppani, y la presidenta del Consejo Escolar, Analía Panaggio. También se contó con la particular presencia de Julia Cerono, hija de Norma Susana Berroa, creadora de la bandera de Balcarce. Hoy fue el turno de “Santa Rosa de Lima”, “San José”, Parroquial “Emilio Lamarca”, “República Argentina”, el Instituto Adventista y “Sagrada Familia”, de San Agustín.

Stoppani valoró la presencia de Julia teniendo en cuenta que le daba un marco muy especial a la entrega. Además, aprovechó para adelantarle que en los próximos meses se producirá un homenaje dedicado a su madre en el Hall del Palacio municipal.

Por su parte, visiblemente emocionada, la joven mencionó que el 14 de febrero se cumplió un nuevo aniversario del nacimiento de su madre por lo que agradeció que la entrega se hubiese producido en estos días y que la bandera pueda flamear en las escuelas porque “eran los lugares que más amaba mi mamá”.

Un poco de historia
Desde los primeros años como alumna en la escuela primaria, Susana comenzó a demostrar interés por dibujar. Siempre recordaba cuando sus docentes del colegio la convocaban para realizar las carteleras de las diferentes efemérides. Durante su juventud tomó clases de pintura y dibujo en la Casa de la Cultura de Balcarce. Además, realizó un curso por correspondencia a fin de aprender a dibujar caricaturas.

Quienes la conocían sabían de su pasión. Tenía su block de hojas blancas, caja con lápices, acrílicos, pinceles, acuarelas, siempre al alcance de sus manos, listos para poder expresarse y dejar retratado aquello que en ese momento se presentaba antes su ojos.

En 2015 participó en el concurso organizado por la Municipalidad para crear la Bandera de Balcarce. Realizó varios bocetos, que reformaba a medida que pasaban las horas, buscaba alternativas para dejar reflejados los colores que consideraba significativos de la ciudad; probó con líneas curvas, luego con rectas, plasmó y borró distintas imágenes representativas de la ciudad. Hizo modificaciones hasta la noche anterior a la fecha de entrega.

La propia Susana sentenció que “cuando la vea flamear imagino que voy a terminar de vivenciar todo. Incluso va a quedar para mis hijos, mis nietos… que esa bandera la he realizado yo… será algo muy especial. Es mi proyección de toda mi tarea en la docencia. Fueron muchos años de docente y esto termina de cerrar mi vida en relación con la escuela”.

Luego de haber sido seleccionada y reconocida durante los festejos de los 150 años del Partido, luchó incansablemente por verla flamear. El destino, que a veces es injusto con los justos, quiso que Susana no viera cumplido su sueño.