Además, a través de una Iglesia Evangélica se le ofreció un trabajo.
Luego de encadenarse en el edificio anexo del Palacio Comunal, Pablo Ferreyra (29) recibió el apoyo que estaba reclamando desesperadamente.
En diálogo con Radio Sube (101.5), el joven explicó que desde hacía ocho meses no tenía trabajo ni dinero para alimentar a sus cuatro hijos. «Trabajé toda mi vida y es eso lo que quiero inculcarle a mis chicos», sostuvo.
Finalmente, Ferreyra y su familia fueron recibidos en la Secretaría de Desarrollo Social, que les entregó alimento y se comprometió a realizar un seguimiento del caso, según explicó su titular, Natalia Viera.
Paralelamente, desde una Iglesia Evangélica se le ofreció un trabajo para que pudiera generar ingresos.