El abuso fue en Murcia, España. El militar recibió una pena de seis años y medio de cárcel. A su vez, deberá pagar una indemnización de 106 mil euros.

La Justicia española fue contundente. Un teniente de la Fuerza Aérea fue condenado a seis años y seis meses de prisión por haber acosado y abusado sexualmente de una soldado en reiteradas oportunidades. La víctima llegó a revelar que su agresor se masturbó delante de ella mientras estaban trabajando. Además de la pena de cárcel, el militar deberá pagar una indemnización de 106.754 euros.

La sentencia detalló que los ataques se produjeron entre octubre de 2014 y marzo de 2016. El entonces teniente se aprovechaba de los momentos en los que estaba a solas con la joven en el despacho de la Secretaría de la Jefatura de Estudios de la Escuela Militar de Paracaidismo de Alcantarilla, en Murcia.

La víctima declaró que, en esos momentos, el militar la acosaba con frases cómo «mirá cómo me pones» o «te gustaría comérmela». Las situaciones se intensificaron hasta llegar al punto de la agresión física. Ante la negativa de la soldado, el jefe la llegó a manosear y la amenazó por no haber aceptado tener sexo con él.

En la sentencia, los jueces resaltaron que cuando la víctima tuvo que llevar en auto al teniente, el condenado se masturbó delante de ella y le propuso ir hasta su casa. «La soldado aceleró el vehículo para volver rápidamente a la base», detallaron.

Ante los reiterados abusos de su jefe, la joven habló con el teniente coronel y el comandante de su sector para denunciar los hechos. Pero no le creyeron. Por ese motivo, la víctima tuvo que sacarle una foto a su acosador, mientras este se volvía a masturbar delante de ella. Recién en esa instancia la escucharon y avanzaron con la acusación formal.

Después del calvario que atravesó, la soldado sufrió un trastorno de ansiedad y estrés postraumático. Su abogado, Antonio Suárez Valdés, indicó que su clienta tuvo que someterse a un tratamiento psiquiátrico y farmacológico durante casi dos años.

El tribunal no tiene “ninguna duda de que la soldado no prestó su consentimiento ni tuvo voluntad de acceder a las relaciones sexuales que el acusado le vino proponiendo, ni a los tocamientos sexuales de que fue objeto. El acusado, sencillamente, se aprovechó de la situación de dominio en que se encontraba y se impuso intencionadamente de esa circunstancia”.

En ese sentido, para la Justicia la denuncia de la víctima tiene «plena credibilidad». Su relato fue calificado como «congruente y persistente». A su vez, fueron avalados por las pruebas psiquiátricas y psicológicas a las fue sometida después de la denuncia.