El inglés le dio a Mercedes la primera victoria en Spa desde la que el balcarceño logró en 1955.

Fangio había sido el último ganador de la marca en Bélgica. Fue en el 1955.

Spa-Francorchamps es uno de los circuitos más bellos y más desafiantes del mundo. Jim Clark lo odiaba, pero ello no le impidió conquistarlo en cuatro ocasiones consecutivas en la década del 60. Fernando Alonso lo ama, pero jamás pudo vencer allí. Al campeón Lewis Hamilton casi nunca lo trató bien, y hasta este fin de semana sólo había podido vencer una sola vez, en 2010. «Spa no es una pista que favorezca mi estilo de manejo, siempre me costó bastante», reconoció ayer, cuando su humor no podía ser más expansivo.

Una victoria incontestable en el Grand Prix de Bélgica conectó a Hamilton con la historia más pura de la Fórmula 1. Su regreso al podio, tras el fiasco de Hungría cuatro semanas atrás. Además, su éxito fue el primero de Mercedes en Spa en los últimos 60 años, desde que Juan Manuel Fangio conquistara la edición de 1955.