Los estados de Texas y Oklahoma están en alarma por las fuertes tormentas que azotan hace días a la región.

El sur de Estados Unidos la está pasando mal. Durante el fin de semana, una serie de tornados atravesaron esa región del país, provocaron inundaciones, daños en las viviendas y dejaron a algunas personas heridas. Ahora, las autoridades emitieron una alerta máxima por la intensidad de las tormentas que pueden azotar en las próximas horas.

De acuerdo al Centro de Predicción de Tormentas del Servicio Meteorológico de los Estados Unidos, hay cerca de 2 millones de ciudadanos que viven en los estados de Texas y Oklahoma, que están en peligro ya que los tornados tienen un nivel 5, el más alto en la escala. «El evento debería resultar en una amenaza significativa para la vida y la propiedad», advirtieron.

Los tornados tocaron tierra la semana pasada en Kansas y zonas rurales de Nebraska, derribaron árboles y cableado de luz, y dañaron hogares e inmuebles de granjas. Otros destruyeron al menos dos viviendas y causaron lesiones leves a una persona en el suroeste de Oklahoma durante el fin de semana.

En Abilene, Texas, una ciudad a 240 kilómetros al oeste de Fort Worth, los fuertes vientos provocaron la evacuación de un asilo de ancianos. Además, dañaron casas y negocios.

En la ciudad de Oklahoma, las tormentas impidieron que los trabajadores sacaran cristales de la torre Devon, que resultó dañada cuando un andamio con dos lavadores de ventanas golpeó contra el edificio. Funcionarios indicaron que las lluvias y vientos destrozaron varias ventanas de la torre.

Bomberos del condado Comanche, Oklahoma, informaron que al menos dos personas escaparon ilesas de una casa destruida por la violencia de las tormentas durante el sábado y un hombre fue trasladado a un hospital como medida de precaución.