En medio de la interna oficialista, que también atraviesa al sindicalismo peronista, Alberto Fernández almorzó con Pablo Moyano, uno de los jefes de la CGT que había criticado el acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El líder camionero se muestra cada vez más cerca del cristinismo y fue uno de los gremialistas que la semana pasada advirtió que “ante cualquier ajuste” saldrían a las calles.

El encuentro entre el Presidente y Moyano se produjo luego de que el Gobierno formalizara la mesa tripartita que incluye a la UIA y a la CGT. Aunque no había participado de las primeras reuniones de la semana pasada, el jefe camionero finalmente se sumó a la de este martes, en la que se avanzó en la posibilidad de adelantar las paritarias.

Por otra parte, Moyano también formó parte del encuentro entre el sindicalismo K y el bloque del Frente de Todos en el Senado. Allí, los gremialistas prometieron respaldar el proyecto cristinista para pagar la deuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) con un impuesto sobre los bienes en el exterior no declarados.

“Desde la Confederación General del Trabajo vamos a apoyar este proyecto, lo vamos a militar en la calle cuando sea necesario. Es un apoyo total de la CGT”, dijo Moyano en la Cámara Alta.

Sin embargo, la interna desatada el Gobierno por el acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional se entremezcló de esta forma con la propia interna que atraviesa a la CGT.

El martes pasado, Pablo Moyano se reunió con Máximo Kirchner, apenas unos días después de que el hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner y jefe de La Cámpora hiciera una masiva muestra de fuerza en la calle durante el Día de la Memoria.