Uno de los hijos del quíntuple mantuvo su primer contacto formal con Antonio Mandiola. Pierri participó del encuentro.

Rubén Fangio, su hijo Leonel y el abogado Miguel Ángel Pierri, mantuvieron una importante reunión con el Arquitecto Antonio Mandiola, representante de la Fundación Fangio y con Rolando José Verdier, de los Templarios SRL (la empresa que administra la marca Fangio).
Como resultado del encuentro, que se extendió durante seis horas, se llegó a un acuerdo que le permitirá tanto a Rubén como a «Cacho» Fangio comenzar a tener los beneficios como legítimos herederos.
«Por primera vez después de tantos años de silencio y desencuentros llegamos a un acuerdo que nos permitirá trabajar mancomunadamente con la Fundación en la unidad de negocios Fangio», explicó Pierri.
Según le contó el mediático abogado a El Ciudadano, el uso de la marca Fangio, hasta ahora potestad de Los Templarios, quedó como derecho exclusivo de Rubén y su hermano.
Pierri, quien continuará como apoderado de Rubén y su hijo, confirmó que sigue con la búsqueda de bienes muebles e inmuebles que había a la muerte de Fangio y que en muchos casos fueron liquidados rápidamente cuando Rubén inició la demanda civil por su identidad.
Pierri dijo además que a partir de ahora podrán auditar todos los movimientos de la Fundación y sostuvo que buscará determinar «la participación de personas que nada tenían que ver con la entidad y que dispusieron de bienes».