La nueva vida de Rodrigo Eguillor en la cárcel: está preso en el pabellón de violadores de Marcos Paz

18/12/2018
El joven acusado de protagonizar un ataque sexual en un balcón de San Telmo se encuentra bajo evaluación en una celda individual. De la rebeldía a la depresión en pocos días.

Eguillor en el penal de Marcos Paz.

Rodrigo Eguillor, cuentan quienes lo siguen de cerca, le pasó lo que les pasa a muchos presos que entran a un penal por primera vez.

Había empezado un poco díscolo y rebelde dentro del Servicio Penitenciario Federal luego de que la PFA lo arrestó el viernes pasado en la casa de su padre, empresario de los juegos de azar, en un barrio cerrado de Canning para trasladarlo a la alcaidía de Tribunales donde fue indagado en el Juzgado Nº 48 por el juez Carlos Bruniard. Eguillor se negaba a que los penitenciarios de uniforme gris lo esposaran. «No me toques», repetía, se negaba también a que le hagan una simple pericia médica.

Luego, al verse dentro de la cárcel, Eguillor cambió de actitud: comenzó a deprimirse, algo típico en internos primarios. Quizás cayó en la cuenta de su nueva realidad.

Hoy, el hijo de la fiscal de ejecución penal Paula Martínez Castro, acusado de violar en San Telmo a una joven de 22 años, está preso en el pabellón de ofensores sexuales de la cárcel de Marcos Paz. No está rodeado de otros presos, al menos, no por el momento, ya que se encuentra detenido en una celda individual mientras es evaluado por especialistas.

Sin embargo, el hijo de la fiscal no está bajo un protocolo de resguardo de integridad física, tal como Cristian Aldana cuando ingresó al mismo penal en diciembre de 2016 en medio de un claro temor de los autoridades de que otros presos lo ataquen: que Eguillor esté en una unidad de presuntos delincuentes sexuales es resguardo suficiente, un diseño de población hecho por el Servicio Penitenciario Federal para evitar peleas entre detenidos.

Al Programa de Tratamiento de Ofensores Sexuales de Marcos Paz fue remitido, por ejemplo, el futbolista Jonathan Fabbro, procesado y con prisión preventiva por el presunto abuso y corrupción de su propia ahijada. Las conclusiones de las evaluaciones a Eguillor se esperan en los próximos días.

Hubo rumores tribunalicios en las últimas semanas que indicaban que Eguillor habríarecibido un diagnóstico de un desorden psiquiátrico en algún punto de su vida, precisamente en su último año del colegio secundario y que su madre incluso comenzó un expediente por medidas precautorias en un juzgado de familia de Lomas de Zamora, algo que la fiscal Martínez Castro se negó a confirmar o desmentir ante la consulta de Infobae. 

Sin embargo, fuentes cercanas al expediente que lo investiga por violación desestiman esta versión. Si hubiera sospechas de una condición psiquiátrica, Eguillor debería haber sido derivado al programa PRISMA, la unidad de salud mental del SPF a la que fue enviado, por ejemplo, «Pity» Álvarez, tras matar de tres balazos a un hombre en el barrio Samoré de Villa Lugano, y Patricio Santos Fontanet, cantante de Callejeros.

El juez Bruniard, por otra parte, consideró que no debía dejarlo libre, que su libertad implicaba un obvio riesgo de fuga. El magistrado rechazó un pedido de excarcelaciónpresentado por el defensor oficial de Eguillor ya que considera que tiene los medios suficientes como para fugarse de acuerdo a información publicada por Télam.  

En algún momento del año próximo, Eguillor será juzgado en el Tribunal Oral Criminal Nº 9 por otro caso de abuso, otro presunto ataque, esta vez sin acceso carnal, un tocamiento a una empleada del Casino de Buenos Aires, madre y abuela, ocurrido en abril de 2016 en el estacionamiento del lugar. «Venía caminando con el pene afuera», aseguró la denuncia original en su contra.

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